El presidente del PRI amaga con quitarse de encima a sus críticos, tras el polémico cambio de estatutos que le permite perpetuarse en el poder.
El histórico Partido Revolucionario Institucional (PRI) agoniza. El tricolor pasa por un mal momento después de haber sido duramente derrotado en las elecciones del pasado 2 de junio. Pese al desastre electoral, y contra todo lo que establecían los estatutos, el presidente nacional del partido, Alejandro Alito Moreno, cambió este fin de semana las reglas internas para perpetuarse en el poder hasta 2032. La polémica acción, que tuvo lugar a puertas cerradas, despertó las críticas de antiguos dirigentes priistas, que anticiparon la muerte del partido en caso de una reelección de Moreno al frente de la formación. “Me han difamado y me han calumniado todos los días, atacan a su dirigente y lastiman al PRI”, ha dicho Alito en una conferencia de prensa la tarde de este lunes en la que advirtió que podría expulsar a antiguos dirigentes, entre ellos Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell y Francisco Labastida.
Todo lo que pasó en la sesión de la militancia tricolor de este domingo era lo que se esperaba que pasara. Bajo el mando de su criticado presidente, el partido que gobernó México durante más de 70 años seguidos aprobó la figura de la reelección, abriendo la puerta a que su dirigente, que lleva cinco años en el cargo, pudiera quedarse otros ocho. La jugada, que se veía venir desde la semana pasada, recibió la desaprobación de figuras importantes en las filas internas. Manlio Fabio Beltrones, exgobernador de Sonora, lo calificó como “un despropósito” y un acto “irresponsable”. El excandidato presidencial Francisco Labastida aseguró que Alito va a acabar “enterrando al partido”. La antigua presidenta del tricolor Dulce María Sauri señaló que se necesitaba “un psiquiatra, no solamente un analista político” para entender la conducta de Moreno. Otros pesos pesados, como la senadora Beatriz Paredes o Pedro Joaquín Coldwell, exgobernador de Quintana Roo, también expresaron su desaprobación.
El desempeño de Moreno al frente del PRI, que se correspondió con el avance del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en todo el país, ha sido lastimoso. Dentro de la alianza Fuerza y Corazón por México, que enfrentó a la formación de Andrés Manuel López Obrador este año en las urnas, el PRI estuvo en un segundo plano frente al Partido Acción Nacional. Más fortalecida, la formación blanquiazul fue prácticamente la que tomó las riendas en casi todas las decisiones que se ejecutaron. Un debilitamiento que había quedado retratado a mediados de 2023, cuando una desbandada de históricas figuras priistas y militantes abandonaron el PRI en protesta contra Moreno. En mayo del año pasado, en otra sesión extraordinaria y rodeada de polémica, el partido ya había extendido su mandato de manera irregular. Pero esa vez solo lo habían hecho hasta después de las elecciones presidenciales.
Un Alito enfurecido salió la tarde de este lunes a responder a todos aquellos que le criticaron por lo hecho este domingo. “Esta bola de cínicos”, acusó antes de nombrar a algunos, como Sauri o Labastida. “Destruyeron al partido, díganme qué hicieron en el PRI, qué impulsaron”, reclamó. “Hay muchas propuestas y solicitudes de los estados de la República para que se presente ante la Comisión de Justicia Partidaria la expulsión de todas y cada uno de ellos, porque causales de expulsión también son atentar contra la unidad del partido, calumniar al partido, mentir públicamente contra el partido, porque todo lo que dicen son puros supuestos”, apuntó. Algunos de los priistas de la vieja escuela, como Labastida, han anticipado que estos movimientos podrían llevarles a abandonar al tricolor.
Moreno defendió este lunes que la reelección es una de las herramientas que ayudará al PRI a renovarse. Todo apunta a que él buscará esa reelección, aunque no ha querido confirmarlo de momento. Entre las acusaciones lanzadas contra sus más férreos críticos, Alito rescató los señalamientos por el asesinato de Luis Donaldo Colosio en 1994. “Son una bola de cínicos, lacayos y esquiroles al servicio del Gobierno y sus intereses. Quieren romper la unidad a cambio de impunidad. Ellos fueron el peor lastre para nuestro partido, ellos estuvieron al frente cuando castigaron al PRI con Pemexgate [un escándalo de desvío de fondos], hay militantes vinculados al asesinato de nuestro candidato presidencial y eso le costó al PRI”.
Fuentes: El País, Capital 21, X
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