América venció a Cruz Azul con un gol de Henry Martín; aunque La Máquina tuvo las mejores ocasiones, pero le faltó un delantero matón.
América es bicampeón del futbol mexicano, tras imponerse 1-0, global 2-1, a Cruz Azul, encuentro de vuelta de la gran Final del Torneo Clausura 2024 de la Liga MX, celebrado este domingo en el Estadio Azteca, donde la afición aguantó a pie firme el aguacero y tormenta eléctrica que obligó la demora en el inicio del cotejo.
Las Águilas se unieron a Pumas, León y Atlas, como equipos bicampeones en la historia de los torneos cortos, al tiempo que consiguieron el título de liga número 15; mientras, La Máquina cayó por cuarta vez en cinco finales de liga contra su “bestia negra pintada de azulcrema”.
Las Águilas vuelan alto, pues logran derrotar a Cruz Azul, siendo esta la tercera final donde se encuentran. El partido fue complicado para ambos equipos, con momentos que marcaron el encuentro y se presentó un penalti polémico.
Cruz Azul se mostraba mejor estructurado, compacto en defensa y con una hoja de ruta bien clara. Mientras, el conjunto de André Jardine no se mostró agresivo, fue cauto, y no avasallante, fue incapaz de generar juego, sus jugadores con desequilibrio no aparecieron y tampoco había esa conexión entra la sala de máquinas y la delantera.
El timing lo puso el cuadro celeste; América no carburaba y de pronto empezó a ver como Luis Malagón se convertía en su mejor jugador, porque Cruz Azul colgó dos pelotas en el área con sabor a gol, pero el portero azulcrema negó el momento de euforia tanto a Antuna como a Sepúlveda. Silencio grande en el Azteca.
La respuesta de América fue estéril, no había arrebato en las Águilas, apenas un par de tiros, pero ni Quiñones ni Zendejas eran punzantes por las bandas y Valdés no encontraba líneas de pase. Cruz Azul mostraba empaque, pero, sobre todo, que había aprendido del juego de fase regular.
Lo que América no era capaz de hacer, sí lo estaba haciendo La Máquina, porque en una gran jugada bien elaborada (de nuevo por banda derecha) Antuna asistió a Sepúlveda y éste descargó con Rivero, Nacho la tuvo franca, de cara al arco y como muchos la sueñan, pero su tiro se fue a las gradas.
Cruz Azul había perdonado al América, lo dejó ir vivo al vestuario y eso podía ser muy peligroso, los celestes se habían dado cuenta que su rival no era ese monstruo de mil cabezas.
En la reanudación, un fuera de juego salvó al América, porque Faravelli había adelantado a La Máquina. El americanismo tragó veneno por unos instantes, los celestes se venían arriba y los azulcrema estaban como en shock.
El partido se hacía adulto y cuando más desdibujado parecía América. Cruz Azul se saboteó: Rotondi perdió la pelota sobre la banda y después se barrió en el área para trabar a Israel Reyes. Penal que el árbitro, Marco Antonio Ortiz, validó en el VAR. Henry tomó la pelota y venció a Kevin Mier al 78’, un esperpento lo de Rotondi que le servía en la mesa el título a las Águilas.
América olía el bicampeonato; Cruz Azul la tragedia. Las Águilas llevaron el partido a su ritmo y salió a relucir la falta de armario de La Máquina. Huescas se la perdió al 90’, cuando Malagón se convirtió en el MVP del partido.
La redención de Cruz Azul no llega, se vuelve a ir con lágrimas en los ojos, no se le puede recriminar nada, pero es un consuelo muy pobre. Deberá vivir el duelo y volver con más fuerza.
Y el América. El Club de Futbol América despierta hoy como bicampeón y con la 15 en las vitrinas. Es la ley del más grande, el que sabe mejor que nadie cómo ganar las finales.
Fuentes: La Afición, Aristegui Noticias, TUDN y PSN Noticias,
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