El ministro de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar, interrumpió una sesión el martes para dar la noticia que el juez federal Uriel Villegas, y su esposa, Verónica Barajas fueron asesinados en su casa, en el estado de Colima, cuando hombres armados irrumpieron y abrieron fuego poco antes del mediodía. Los dos hijos de la pareja y una trabajadora doméstica sobrevivieron al ataque.
Los jueces federales en México escuchan casos sumamente sensibles, como el tráfico de drogas y la posesión de armas. Aunque los asesinatos de jueces federales son raros en México, se cree que los jueces son presionados con frecuencia por el crimen organizado en México para dar resoluciones favorables a ellos.
El juez Villegas había juzgado varios casos de crimen organizado. Estuvo a cargo de un caso de alto perfil que involucraba a Rubén Oseguera, hijo del líder del cártel de Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oseguera. Villegas envió a Rubén a la cárcel en 2018 y fue extraditado a los Estados Unidos en febrero.
El ministro de la Corte Suprema, Arturo Zaldívar, condenó los actos de violencia y exigió la correcta investigación del caso hasta dar con los culpables. El Ministro también pidió mayor protección para los jueces federales, al solicitar a las autoridades competentes su apoyo para garantizar la seguridad de los jueces federales y sus familias.
La oficina del Fiscal General de México dijo que se haría cargo de las investigaciones sobre el asesinato, pero no ofreció detalles sobre las muertes del juez del tribunal de distrito Uriel Villegas Ortiz y su esposa Verónica Barajas.
Cabe destacar que este no es el único incidente de su caso, en 2006 un juez federal fue asesinado a tiros mientras viajaba en su automóvil cerca de una prisión de máxima seguridad, que alberga a algunos de los principales sospechosos de drogas de México, en las afueras de la Ciudad de México.
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