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¿Con quién se queda el perro?

El juez podrá asignar la tutela compartida de las mascotas si considera que esta es la mejor opción para el bienestar de las mismas.

“Con quién se queda el perro”, ahora es parte de una iniciativa del diputado morenista Armando Corona Arvizu, quien planteó reformar el Código Civil Federal para responder a esta pregunta.


El planteamiento establece que en caso de divorcio, cuando las partes involucradas sean poseedoras de una o varias mascotas, se establecerá un plan de tutela que considere el bienestar de las mascotas.


Para ello, las partes deberán acordar de común acuerdo quién será el responsable de la tutela de las mascotas o, en su defecto, someterse a un proceso de mediación para tomar esta decisión.


También la iniciativa contempla que si las partes no llegan a un acuerdo por medios de mediación, el juez familiar tendrá la facultad de tomar una decisión basada en el interés superior de las mascotas, por lo que tomará en cuenta estos factores:


  • La capacidad de cada parte para proporcionar un ambiente adecuado y seguro para las mascotas.

  • La relación previa de las mascotas con cada una de las partes.

  • La disponibilidad de tiempo y recursos para cuidar de las mascotas.

  • Cualquier historial de abuso o negligencia hacia las mascotas por parte de alguna de las partes.

  • Otros factores relevantes que afectan el bienestar de las mascotas.



Además, el juez podrá asignar la tutela compartida de las mascotas si considera que esta es la mejor opción para el bienestar de las mismas, pero en caso de tutela compartida, el juez establecerá las responsabilidades de cada parte en relación con el cuidado de las mascotas, incluyendo, la alimentación, la atención veterinaria y el tiempo de convivencia.


En la exposición de motivos, el morenista explicó que en las últimas décadas, el vínculo entre las personas y sus mascotas ha cambiado “de forma significativa”, porque, aseguró, no son vistas simplemente como animales de compañía o propiedad, sino como seres que forman parte de la vida familiar y emocional de sus dueños.


“Este cambio de paradigma ha generado un creciente reconocimiento social y jurídico de que las mascotas tienen necesidades emocionales y físicas, y que la relación con sus cuidadores tiene una profundidad similar a la de otros lazos familiares”.


Fuentes: Expansión Política, Gráfico, Hogarmania


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