En la administración de López Obrador no solo aumentó la violencia contra la prensa, también se sumó el estigma y la deslegitimación permanente del quehacer periodístico.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador en México, la situación de la libertad de expresión y la seguridad de los periodistas ha sido sumamente preocupante, según revela el informe de Artículo 19 titulado “Derechos pendientes: informe sexenal sobre libertad de expresión y derecho a la información en México”. Contrario a las expectativas de cambio y mejora tras el gobierno de Enrique Peña Nieto, las agresiones contra la prensa no solo persistieron, sino que se incrementaron de manera alarmante.
El informe destaca que durante los seis años de gobierno de AMLO se registraron un total de 3,408 agresiones contra periodistas y medios de comunicación, lo que representa un aumento del 62.13% respecto al gobierno anterior. Este dato alarmante refleja una agresión contra comunicadores cada 14 horas en promedio a lo largo del sexenio. Además, desde diciembre de 2018 hasta marzo de 2024, 46 periodistas han sido asesinados y cuatro permanecen desaparecidos, subrayando la peligrosa realidad que enfrenta el gremio periodístico en México.
El primer año del gobierno de López Obrador fue especialmente crítico, con un aumento del 84.54% en las agresiones comparado con el primer año de Peña Nieto. Las formas más comunes de agresión incluyen intimidación, hostigamiento, amenazas y el uso ilegítimo del poder público, que en conjunto representan más del 58% del total de agresiones documentadas.
Es preocupante señalar que el Estado mexicano, a través de sus autoridades civiles y de seguridad, fue responsable del 45.75% de las agresiones registradas. Este dato indica una continuidad en los actores y patrones de violencia contra los periodistas, con un notable fracaso en la promesa de reducir la violencia y la impunidad.
El informe también resalta que las agresiones ocurrieron en todo el territorio mexicano, aunque los estados con mayores índices de violencia fueron la Ciudad de México, Guerrero, Puebla, Quintana Roo y Veracruz, que en conjunto sumaron el 44.16% de las agresiones totales.
Además de la violencia física y verbal, el gremio periodístico ha enfrentado controles económicos sobre los medios de comunicación, como el uso discrecional de la publicidad oficial, lo que contribuye a la precariedad laboral y a una mayor vulnerabilidad. A esto se suma una hostilidad verbal sin precedentes por parte del Ejecutivo Federal y autoridades estatales y municipales, que han estigmatizado y deslegitimado el trabajo periodístico.
Fuentes: Animal Político, El Economista, Diario de Querétaro, Qué Pasa
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