El equipo mexicano perdió la final de la Nations League ante la selección de las barras y las estrellas, una vez más.
Por tercera ocasión consecutiva, la selección de Estados Unidos se quedó con el trofeo de la Nations League de la Concacaf.
El equipo de Jaime Lozano no reaccionó en el campo, y desde la banca tampoco hubo una pronta reacción ante el dominio de "las barras y las estrellas".
El primer tiempo fue equilibrado, aunque las jugadas de mayor peligro fueron para Estados Unidos; primero Memo Ochoa salvó en un tiro de Christian Pulisic, pero después antes de irse al descanso, el portero no hace su recorrido ante un disparo lejano de Tyler Adams, lo cual hizo ver la anotación más espectacular.
El segundo tiempo de México fue terrible, la desesperación empezó a apoderarse de ellos, con faltas en cualquier sector del campo y al minuto 63, Gio Reyna puso el ‘2 a 0’, una fiesta completa para los locales.
Ya con ese marcador, que es tan tormentoso para los mexicanos cuando enfrentan a Estados Unidos, desde la banca Lozano intentó reaccionar.
Sin embargo, no tuvo más que tratar de hacer algo con Orbelín Pineda y Santiago Giménez, pero no fueron el revulsivo que se esperaba.
La ilusión mexicana creció cuando el árbitro señaló un penal a su favor, Santi tomó la pelota y se destinaba a cobrar la pena máxima, pero la ilusión terminó cuando el VAR detectó que no había falta y anuló su marcación.
Los minutos pasaron y la fiesta era para los de blanco y azul. En la tribuna solo coreaban el marcador para terminar de atormentar a un equipo mexicano inoperante, que fue el reflejo de su entrenador.
También se hizo presente el grito homofóbico, a manera de protesta, cuando el partido estaba por terminar, en cada uno de los despejes de Matt Turner. Después de 5 gritos fue el que el silbante decidió detener el juego como parte del paso 1 del protocolo de la Concacaf.
Fuentes: mediotiempo y TUDN.
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