"Combatir la inseguridad y la violencia requiere la disciplina y la profesionalidad del ejército y la marina", dijo el jueves el presidente López Obrador, tres días después de la publicación del decreto presidencial que ordena a las fuerzas armadas continuar con las tareas de seguridad pública durante otros cuatro años.
La decisión del Presidente también socava sus ataques contra Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa, quienes utilizaron las fuerzas armadas para combatir a las organizaciones criminales más violentas de México.
Antes de ser Presidente, López Obrador declaró, en múltiples ocasiones, que los militares deberían ser sacados de las calles y regresar a sus cuarteles.
Y a pesar de que prometer en campaña que su administración reduciría la violencia, al abordar sus causas profundas a través de programas sociales con el enfoque de "abrazos, no balazos", ahora López Obrador perpetúa el modelo militarizado.
En su conferencia de prensa matutina, López Obrador descartó las críticas de que está militarizando el país, afirmando que está convencido de que la Guardia nacional es esencial para reducir los altos niveles de crímenes violentos que afectan a México. Además, dijo que lo único que podría hacerlo cambiar de opinión sería la prueba de que el ejército comete abusos contra los derechos humanos mientras realizan tareas de seguridad pública bajo su vigilancia.
Ante esto, la oficina de México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos dijo que el decreto no establece mecanismos suficientes para la supervisión de los militares. La supervisión será realizada por el Organismo de Control Interno de las fuerzas armadas, lo que es insuficiente para garantizar una supervisión efectiva de carácter externo.
Comments