El músico y guitarrista de 80 años luchaba contra el cáncer.
Luego de dar batalla al cáncer de próstata, el guitarrista Javier Bátiz, el mítico Brujo, falleció este sábado a los 80 años, reconocido como una leyenda, un rey, el padre del rock mexicano que cumplió sus sueños dorados al tocar, al tú por tú, con Ray Charles, Little Richard y BB King. Además, el hombre de la alborotada melena fue mentor de Carlos Santana y solía decir que Jim Morrison iba a verlo tocar, “porque fueron amigos”.
La noticia de su muerte fue difundida por su esposa Claudia Madrid en redes sociales, quien subrayó que “su legado y música quedan para la eternidad”. Agregó: "Queridos amigos y familia, para informarles que nuestro adorado y querido, mi esposo Javier Batiz trascendió el día de hoy. Te amo amor mío. Vuela alto mi ángel", se lee en un mensaje donde aparece una foto de la pareja.
Bátiz, quien sabía que todo lo que había hecho estaba “chingón”, dijo en entrevista en mayo pasado a La Jornada: “ Soy el rey, el que inventó todo en este país, es la verdad. Soy el que llevó la música a la Ciudad de México, fui el que la cambió en 1963, cuando me llamaron Los Locos del Ritmo. Soy el que cambió la moda, el papá de todos esos cabrones y por eso ahora estoy descansando en mi cama de muerte. Estoy listo para el día en que Diosito quiera llamarme”.
Javier Isaac Medina Núñez, nombre real del músico nacido el 3 de junio de 1944, en Tijuana, Baja California y maestro de Carlos Santana, es uno de los precursores del rock en México; en 1963, se integró al popular grupo Los Rebeldes del Rock, para sustituir al emblemático Johnny Laboriel por un breve periodo.
El Brujo fue una leyenda de la música en México: en 1957 fundó en Tijuana el grupo Los T’JS, marcado por los sonidos del blues. Con él se gestó el primer movimiento de rock hecho en México. Su figura inspiró el nacimiento de bandas contestatarias, como Three Souls in my Mind, de Álex Lora. Desarrolló su carrera en la Ciudad de México en los años sesenta: estuvo en Los Rebeldes del Rock, tocó en los primeros cafés cantantes surgidos en esa década; se presentó en el legendario Harlem, y fue el representante de aquella generación existencialista.
Entre 2003 y 2004 presentó seis volúmenes del disco Baúl del Brujo. En 2005 presentó una selección de 3 discos llamados Alas Sesiones de Bátiz donde se encuentran canciones inéditas de su autoría.
El autodefinido como el padre del rock y el blues mexicanos, dio las primeras alarmas de su padecimiento en marzo pasado cuando fue hospitalizado y su esposa informó que estaba delicado salud, aunque no de gravedad; fue internado por un cuadro de neumonía, glucosa alta, entre otros problemas de salud.
En la citada entrevista vía telefónica con este diario contó: “Estoy muy bien. De mi mente estoy muy bien. Pero todo lo que es el cuerpo no me funciona ni un gramo. Primero no pude mover un brazo, luego no tuve dominio de una pierna y después tampoco de la otra. No me puedo parar ni tocar, a pesar de que me es posible mover un poquito uno de mis brazos”.
Admitió: “Me asusta, porque ya son 33 días desde que me dieron de alta del hospital. Me mandaron a mi casa a descansar, eso lo traduje como ‘vete a tu casa hasta que te mueras’. Siempre es difícil enfrentarnos a la flaca, voy a cumplir 80 años el 3 de junio y nunca había estado en un hospital, así que aparte de Dios, sólo una persona me está salvando, mi esposa, Claudia, quien me tiene aperrado a no irme”.
Además “fui la punta de la flecha en el blues mexicano. Nunca fui bien aceptado por los músicos de mi generación, siempre trataron de desbaratarme porque fui el líder de todo ese grupo, me tenían unos celos irreparables. Pero ahora andan en su lucha, pues igual que a mí, el cochinero que existe los desplazó. Ahí andan apenas haciéndola. Me gusta dar entrevistas para dar el mensaje y gritar: ‘¡pongan blues, mensos!’”.
Tras el anuncio del deceso, el pésame se hizo presente entre los internautas, instituciones, artistas y colegas del músico. La Secretaría de Cultura del Gobierno de México lamentó “el sensible fallecimiento del guitarrista y compositor Javier Bátiz. Fundador de los TJ’s renovó la escena musical fronteriza y mexicana en la década de 1960 con un estilo influenciado por el blues y el rock estadunidense. Mezcló raíces afroamericanas con sonidos mexicanos, asentando las bases para el rock con ritmos latinos, con músicos y bandas como Santana (de quien fue maeatro), Ritmo Peligroso y Ozomatli. Descanse en paz”.
El Centro Cultural Tijuana (Cecut), lamentó el deceso, pues tenía preparado un concierto para hoy domingo a beneficio del músico.
Por su parte el Multifoto Alicia escribió en la misma red social: “Buen viaje y buen regreso. Que el Bluessss te acompañe. Abrazos”, además informó que el concierto que se realizó ayer lo dedicaron al rockero mexicano, donde participaron Nina Galindo y Jorge García Montemayor, Rafael Katana y Los Perikles, entre otros.
En la cuenta de la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autonoma de México se pudo leer: Ha callado la guitarra del gran Brujo Javier Bátiz, piedra angular del blues y el rock nacionales. ¡Que su música y su legado perduren!
Apenas el pasado 24 de noviembre le fueron entregadas las llaves de la ciudad en la puerta de su casa, decorada con un mural en su honor, además de que a la calle donde vive se le cambió el nombre desde hace años a "Rampa Javier Bátiz".
Fuentes: La Jornada, EL PAÍS, N+, Reto Diario
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